1 oct 2011

Día quince: lo que esconden mis paredes

Ya casi va a pasar un año desde que la viera la primera parte de la película If these walls could talk. Me dejó en el cuerpo una sensación que nunca antes había sentido por nada. Y todavía permanece. Me marcó muy a fondo. Algo que quizá fuera una mezcla entre una inmensa ternura y espanto. Algo muy parecido a la sensación de atravesar la primera puerta de este largo viaje que recorro, y que creo que sólo aquellos que lo hayan recorrido alguna vez comprenderán del todo. Ojalá me equivoque.  


Alunizando y alucinando

Me he quedado atónita leyendo algunos de los comentarios -especialmente el nº 47 y el 71- de esta noticia.

Hay gente que dice que no es natural, que se pega, que es una desviación, un exhibicionismo, que se quiere llamar la atención, que es un comportamiento inadecuado, perseguible, modificable, heterodoxo, exagerado, denunciable, asqueroso. deshinibido, desordenado, irrespetuoso..., que se quiere sacar dinero y fama, que es escandaloso, un constante desfile, y que es imposible, que no puede ser.

Lo peor de todo es que yo también lo he pensado alguna vez... Me da vergüenza reconocerlo, pero es así. Aunque por lo menos me alegro de que la vida me haya hecho descubrirlo y estar segura de lo contrario.

Y posible es.