23 mar 2011

Día dos: algo maravilloso

El otro día caminaba por la calle y, mientras estaba detenida en un semáforo, observé a dos chicas por la acera de enfrente que paseaban cogidas de la mano. Me fijé bien, pensando que a lo mejor era una ilusión óptica, subconsciente, proyectada, espiritual, fantástica, freudiana o nebulosa producida por mi confusión interna (últimamente no sé por qué pero hay demasiado de esto sucediendo mágicamente alrededor de una). Efectivamente iban de la mano y eran dos chicas, cada una con su bolso, sus andares, sus pelos, sus pensamientos, su vida, sus cosas... En ese instante se dieron un beso en los labios, así muy fugaz. Lo suficiente como para que mis ojos les siguieran con la mirada. Y siguieron caminando hasta diluirse entre la multitud al fondo de la calle.

De repente y sin preverlo, una sensación extraordinaria me inundó: una especie de mezcla proporcionada entre cosquillas, plenitud, ternura, liberación, felicidad, belleza, más liberación, empatía y comprensión. Sí, todo eso erizó mi piel a través de mis ojos. Y me sentí muy libre.

Creo que es el primer día que he dejado de tener miedo. Y he pasado a tener ganas.



1 comentario:

Qualsevol nit dijo...

A mi me pasó lo mismo el otro día cuando fui a la ciudad con mis amigas, pero mientras ellas miraban todos los culos de los tíos que había en la estación, yo decidí que quiero vivir allí, y no es precisamente por el género masculino...XD