Después de esta extensa introducción, voy al grano. He soñado que les decía a mis dos mejores amigos (o mejor dicho, a la que fue mi mejor amiga de infancia, y al que es mi mejor amigo ahora) que me gustaban las mujeres. Y se lo confesaba en medio de las lágrimas. De hecho, cuando me he despertado, estaba realmente llorando. De ahí viene lo extraño.
Yo no sé si esta es la respuesta a una frustración, si mis ganas de ir poco a poco construyendo mi mundo están empezando a apoderarse de mí y de esta sensación de hermetismo bajo la que me encuentro. No sé si esta celda se está quedando demasiado pequeña... y voy a necesitar abrir ya la puerta. Durante este tiempo siempre me he planteado que antes de decir nada a nadie intentaría aclararme yo misma y estar segura. Ir a mi aire, básicamente. Poco a poco, voy llenando este dibujo de colores y de rayos de luz. Pero siento que necesito más tiempo... Es pronto, y no tengo ninguna prisa.
Y luego llorar. ¿Por qué estaba llorando en el sueño? ¿Qué me suscitaba tanta presión como para sentirme así de ahogada? Con la calma y felicidad que ahora mismo recorre mi pequeño universo... ¿Me estoy involucrando demasiado conmigo misma y debería simplemente dejarme llevar?
¿Es que mi casita ya está construida y ahora necesito abrir las ventanas para que se cuele el aire? No lo sé. Por un lado, tengo miedo a que el aire que entre desestabilice la casita porque aún la veo bastante desnuda. Y por otro lado, el sueño de esta noche me ha desconcertado completamente.
Muchacha en la ventana, de Salvador Dalí
2 comentarios:
Si tu casita de ladrillo aún está un poco desnuda, ¿por qué no la llenas con todas esas cosas que amas y aprecias?
En esa casita no solo vives tú, o eso es lo que creo; viven todas esas pequeñas cosas, todas esas pequeñas experiencias que has contado y con las que también has hecho los cimientos de esa casita.
Los grandes detalles no los pondrás tú sola, lo haras con aquellas personas que sean lo bastante valientes (o valiosas) para entrar en ella, y a las que tú les abras la puerta. ¿Qué importa quién sea, lo que sea, cómo piense o cómo ande...? Que sea importante para ti, y que llene esa casa tuya... es más que suficiente.
Desde luego, ojalá todo lo que haya dentro de la casa sea tan bonito como esa gatita de la foto. Qué preciosa! Valiosas tus palabras. Tomo nota. Muchas gracias!
Publicar un comentario